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Conflicto en Medio Oriente: continúa la operación de Israel en Gaza y aumenta la tensión en el norte del país

 

Con las hostilidades en curso entre el grupo terrorista Hamas, crecen las preocupaciones en la frontera con El Líbano y se advierte que la crisis humanitaria se agrava.

 

El humo cubre el sur de Israel, los bombardeos en Gaza son constantes y las explosiones se han vuelto comunes.

En días recientes, se activaron sirenas en Jerusalén, Yarkon, Shfelat Yehuda y Sor del Negev, entre otros lugares, alertando a la población. Las familias de los 58 rehenes aún en cautiverio siguen haciendo llamados y, a lo largo de casi 500 kilómetros de sur a norte del país, las calles están adornadas con las imágenes de las víctimas y los que siguen secuestrados por Hamás. Leé también: Bombardeos diarios, devastación y escasez creciente de alimentos, agua y medicamentos: así es la vida en Gaza Actualmente, existe una expectativa en torno al desenlace de una nueva negociación por una tregua en la Franja de Gaza. Israel exige la liberación de los rehenes vivos, mientras que Hamás ofrece entregar cuerpos. Hubo una propuesta de Estados Unidos que podría tener la aprobación de ambas partes. La asistencia humanitaria es otro tema crucial en este conflicto que se aproxima a los 600 días. A pesar de que han ingresado camiones con ayuda y se han visto imágenes de personas en Gaza recogiendo suministros de alimentos y medicamentos, diversas fuentes israelíes aseguran que Hamás ha amenazado a sus trabajadores y dificultado el acceso a quienes realmente necesitan la ayuda.

 

Organizaciones internacionales y la propia ONU han insistido en la urgencia de incrementar la asistencia humanitaria debido a los riesgos que enfrentan los habitantes del enclave, especialmente los niños. Ante esta presión, Israel ha autorizado nuevamente el ingreso de camiones tras meses de restricciones. La situación en el norte, cerca de la frontera con El Líbano, también se ha vuelto más tensa. Leé también: Israel investiga la muerte de los nueve hijos de una pareja de médicos en un ataque en el sur de Gaza Muchas ciudades siguen evacuadas, y en la madrugada de hoy el ejército israelí interceptó dos nuevos misiles lanzados desde Yemen, a más de 2000 kilómetros de distancia. En uno de los casos, se activaron las sirenas antiaéreas; en el otro, no. A esta altura, los residentes de Israel evitan correr hacia los refugios. Se habla cada vez más de las consecuencias de la guerra, que mañana cumplirá 600 días. Tal es el caso de Hugo, quien refleja: “Que nos obliguen a hacer un pacto, que los obliguen a ellos también”.

 

Hugo no expresa rencor ni deseo de venganza, pero sí admite estar “furioso” por la duración de la guerra, “ya a esta altura la más prolongada en la historia del país”, mientras recuerda que el sitio donde vivía “era como un paraíso”. Ariel Snir, por su parte, destaca su dolor al decir: “De verdad, de verdad, queremos paz. Yo he pagado el peor precio del mundo, encontré a mi hijo muerto junto a otros 50”, y manifiesta su deseo de, como se dice en hebreo, sheket, que significa silencio o tranquilidad.

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